miércoles, 15 de julio de 2009

Las anchoas de la ira

Tranquilos, no es un reamke de la película de John Ford. Pero fue lo primero que pensé después de escuchar en la radio las declaraciones de Rita Barberá sobre las ya famosísimas anchoas del presidente de Cantabria. Y es que la corrupción está de moda, y ahora, también las anchoas. ¡¿A quién le importan el caso Gürtel y los trajes de Camps si Revilla va por ahí regalando anchoas?!

Por si alguien ha desconectado ultimamente, resumiré la historia que ha desencadenado semejante ira por unos pobres pececitos:
El caso Gürtel investiga una presunta red de corrupción encabezada por el empresario Francisco Correa , relacionada con los altos cargos del gobierno del PP en tiempos de Aznar. Entre ellos, el actual presidente de la Comunidad Valenciana: Francisco Camps, quien concedía adjudicaciones a los empresarios a cambio de regalos. Aquí los famosos trajes.
El juicio no ha terminado aún y el PP se defiende de las acusaciones. Razón por la cual, Rita Barberá, alcaldesa de Valencia, dijo que las anchoas que Miguel Ángel Revilla había regalado a Zapatero, como los trajes, podían considerarse un soborno.

Pero ya se sabe. Las comparaciones son odiosas. ¡¿Dónde va a parar?! Los trajes de Camps no son nada comparados con las anchoas, ya que que Revilla no conoce límites. No contento con sobornar ¡ni más ni menos que al presidente del gobierno!, va regalando anchoas por ahí, al primero que se encuentre por la calle. A un taxista sin ir más lejos. Porque nunca se sabe de quien puedes necesitar la ayuda...
Taxistas, comunicadores, políticos... nadie queda fuera del plan sobornador del presidente cántabro. Incluso regaló anchoas al propio Camps. Debió ser entonces cuando adquirió la experiencia necesaria para saber cómo ser sobornado.
Es más, después de recibir sus anchoas, nadie se preocuparía por unos trajecitos de nada. Porque no es el precio lo que importa. El hecho de que los trajes tengan un precio ligeramente superior es meramente circustancial. Ya lo dicen: lo que importa es el detalle, la intención. Y Revilla gana por goleada a Correa en ese arte llamado cohecho porque ¿quién iba a sospechar de unas, en principio, inofensivas anchoas? ¿Quién iba a imaginar que lo que parecía un intento de promocionar su tierra buscaba en realidad un objetivo más oscuro? El empresario tiene aún mucho que aprender si quiere llegar a ser alguien en el mundo de la corrupción...


En la imagen, los protagonistas de la comedia.

1 comentario:

  1. Jo, no se quien ha hecho esa foto, pero es un auténtico artista... no conocía esta historia, pero joder, esque un traje de 1131€ es un regalo que hasta yo le haría a un desconocido por la calle, pero una lata de anchoas... no me gusta, pero si se la doy a alguien seguro que piensa que quiero engatusarlo...

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