viernes, 16 de julio de 2010

Campeones


¿Te gusta el fútbol?
A mí no.


Asi que no habría tenido ningún problema en ignorar la televisión la tarde-noche del domingo 11 de julio de 2010 ya que al día siguiente, a las 9:30 de la mañana, tenía el último examen del curso. Un examen importante, especialmente importante por tratarse de una de las asignaturas más difíciles del año: bioquímica.
Pero, ¿qué importaría perder un par de horas de estudio en un día como aquel? Lo que no hubiese memorizado ya...
Aunque, lo poco que pudiera repasar, por poco que fuera, me vendría bien para el examen. Total, a mí no me gusta el fútbol...

Pasadas las 8:30 los gritos de los vecinos podían escucharse de cuando en cuando. Algo molesto para mantener la concentración y cada vez que esos gritos alcanzaban un volumen máximo, salía de mi encierro en el cuarto de estudio. No para protestar por los gritos, sino para dirigirme a la tele y comprobar si alguien había marcado. Simple curiosidad; como dije, a mí no me gusta el fútbol.

Así fueron sucediéndose los minutos, rápidas miradas a los apuntes entre entradas y salidas coreadas por unánimes gritos de un vecindario.

- ¿Por qué gritan? - pregunte en una ocasión a mis padres - Si no han marcado, ¿a qué vienen esos gritos?
En palabras poco agradables para los holandeses en general y las madres de los jugadores en particular, mi padre definió el juego del equipo contrario hasta el momento. Momento en el que las rutas metabólicas desaparecieron de mis pensamientos y me senté frente a la tele, para poder girtar con los demás...
Y eso que a mí no me gusta el fútbol...

Una imagen vale más que mil palabras